Decálogo #INAPGobiernoAbierto

Me parece muy interesante y útil este reto, dado que permite que expresemos nuestras inquietudes, ideas y sugerencias para mejorar la relación entre ciudadanos y administración. 

Mi aportación a este decálogo gira en torno a la publicidad que se da a los portales y otros medios de participación de la ciudadanía en las políticas públicas. Como ciudadana que maneja con relativa facilidad las TIC, la información desde las administraciones me llega a cuenta gotas, sobre todo lo relativo a mi participación directa. 

Hay escasa publicidad acerca de cualquier iniciativa relacionada con infraestructura, mejora de servicios, accesibilidad a determinados sitios, entre otras, que afecta directamente a algunos colectivos. L opinión de los afectados en general no es tenida en cuenta por que no tiene cabida, o porque no son conscientes de que existe un medio en el que pueden hacer su aportación a ese proyecto.

Creo que se debería de dar más publicidad a los portales de comunicación y participación pública, realizando anuncios en emisoras de radio, tablones de anuncios públicos, en recintos públicos de diferentes naturalezas y redes sociales.


POLLUNIT

Mis votos en la plataforma Pollunit fueron a las siguientes iniciativas:

1) Formación de los empleados públicos en Gobierno Abierto.

Interesante propuesta, no sólo visando que los empleados se formen y se beneficien de esa formación, sino también los ciudadanos, que los empleados les aporten estrategias de cómo relacionarse con la administración de manera más efectiva y eficaz.


2) Simplificación burocrática.

Para mí una de las propuestas más relevantes. Con todo lo que las redes nos aportan hoy en día, con las facilidades que tenemos con las Sedes Electrónicas, y la interconexión entre administraciones, hay administraciones que dejan mucho que desear al no tener operativos algunos trámites que deberían de poder hacerse en línea. 


3) Eficacia como ética a seguir

Muchas administraciones tardan tanto en hacer efectivos trámites sencillos, como por ejemplo actualización de listas de contratación, o tareas de mantenimiento solicitadas por entidades dependientes o por la propia población, que acaban mermando la confianza y paciencia de los administrados. Hay que corregir esta postura pasiva, y hacer que los trámites se realicen en un plazo razonable. 



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